Miles de inmigrantes que ingresaron a EE.UU. con CBP One reciben orden de abandonar el país

Un grupo de migrantes es procesado en Roma, Texas, EE. UU. por funcionarios de inmigración luego de cruzar desde la frontera mexicana el 30 de septiembre de 2021. / Foto: Reuters.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) revocó el permiso migratorio de aproximadamente 980,000 extranjeros que llegaron a Estados Unidos durante el gobierno de Joe Biden (2021-2025) mediante la aplicación CBP One, utilizada para agendar citas de asilo.
Las autoridades ahora les exigen salir «de inmediato» y, en algunos casos, sugieren la autodeportación voluntaria a través de una nueva plataforma llamada CBP Home.
En un comunicado, el DHS afirmó que la administración anterior «abusó de la libertad condicional» para admitir a millones de indocumentados, agravando la crisis fronteriza. Bajo la nueva gestión de Donald Trump, se decidió cancelar estos beneficios, alegando que es una medida para «proteger la seguridad nacional».
Notificaciones y amenazas de expulsión
Aunque no se especificó el número exacto de afectados, el DHS confirmó que ya se enviaron avisos de cancelación a los usuarios de CBP One, instándolos a reportar su salida mediante CBP Home. Quienes se nieguen a irse «serán localizados, deportados y vetados de por vida» del país. Sin embargo, aún no se ha definido el plazo límite para abandonar EE.UU.
Excepciones y cambios en la política migratoria
El DHS aclaró que los refugiados ucranianos y afganos están exentos de esta medida. La app CBP One, lanzada en enero de 2023, permitía a los migrantes solicitar asilo en ocho cruces fronterizos, pero fue reemplazada el primer día del mandato de Trump por CBP Home, diseñada para que los indocumentados registren su salida «voluntaria».
Como parte de esta estrategia, Trump grabó un video exhortando a los inmigrantes a «autodeportarse» y usar la nueva aplicación. Mientras tanto, decenas de miles que esperaban citas en la frontera quedaron varados en México, sin opciones legales para entrar.
Esta decisión marca un giro radical en la política migratoria de EE.UU., priorizando la expulsión masiva sobre procesos de asilo.